La subdivisión del SCR en 5 subtipos diferentes parece clarificar las estrategias diagnósticas y terapeúticas ante este síndrome. En el tipo 1 o SCR agudo un deterioro rápido de la función cardiaca (insuficiencia cardiaca aguda) conduce a una injuria renal aguda (insuficiencia renal aguda). En el tipo 2 (SCR crónico) las anomalías crónicas de la función cardiaca (insuficiencia cardiaca congestiva crónica) causan disfunción renal crónica progresiva. El síndrome cardiorrenal tipo 3 (síndrome renocardiaco agudo) se caracteriza por un empeoramiento primario y abrupto de la función renal (por ejemplo, injuria renal aguda, isquemia, glomerulonefritis aguda..) que conduce a una disfunción cardiaca aguda (insuficiencia cardiaca, arritmia, isquemia). El SCR tipo 4 (síndrome renocardiaco crónico) se caracteriza por la existencia de una nefropatía crónica (por ejemplo, glomerulonefritis crónica) que contribuye a una función ventricular deprimida, hipertrofia ventricular, disfunción diastólica y/o riesgo incrementado de eventos cardiacos adversos. El SCR tipo 5 (SCR secundario) se caracteriza por la presencia de disfunción combinada cardiaca y renal debida a un transtorno sistémico agudo o crónico (sepsis, diabetes, amiloidosis, vasculitis, lupus, sarcoidosis).