El catéter de Swan-Ganz se ha usado con frecuencia sin una indicación apropiada por médicos que no tenían ni el entrenamiento ni la experiencia adecuados, lo que ha generado muchas complicaciones, incluso mortales. Los estudios aleatorizados realizados han concluido que en la mayoría de los escenarios clínicos en los que se usa, el uso rutinario del balón de Swan-Ganz no reporta ningún beneficio, cosa por otra parte no sorprendente dado que es una herramienta diagnóstica y no terapeútica. Sin embargo, no puede ignorarse ni olvidarse que nos ha permitido conocer la hemodinámica del paciente crítico y establecer las correspondientes correlaciones con las situaciones clínicas y los hallazgos ecocardiográficos. A pesar de la introducción y el perfeccionamiento de nuevas modalidades de imagen no invasiva, existen una serie de circunstancias clínicas en las que la evaluación hemodinámica con el cateter de Swan-Ganz es necesaria y debe ser considerada pero solo por médicos entrenados y con experiencia.