En los pacientes con síndrome coronario agudo, el tratamiento con heparina (no fraccionada o de bajo peso molecular) reduce en un 60% la tasa intrahospitalaria de muerte o infarto con respecto a placebo. Sin embargo, aproximadamente el 25% de los pacientes sufre un evento isquémico recurrente (muerte, infarto, necesidad de revascularización urgente) en los primeros 30 días. Estos eventos isquémicos se agrupan sobre todo en los días que siguen a la suspensión de la heparina, por lo que se han atribuido a una reactivación "rebote" de la coagulación promovida por la trombina y el factor tisular existentes en la lesión culpable. Se cree que el aclaramiento plasmático mas gradual de las heparinas de bajo peso molecular frente al de la heparina no fraccionada puede evitar o reducir este fenómeno de rebote.