La vasculopatía del injerto (CAV) es una de las complicaciones graves tras el trasplante cardiaco (TC). Se caracteriza por una proliferación intimal progresiva, que se desarrolla ya precozmente tras el TC y es una causa importante de morbilidad y mortalidad post-TC. Inicialmente, en la era de immunosupresión sub-óptima, el diagnostico era patológico, ya que se detectaba como una forma muy agresiva de vasculitis. Con la mejoría en la supervivencia post-TC, el diagnostico angiográfico fue la norma. El advenimiento del IVUS, por su mayor sensibilidad, permitió definir el desarrollo de vasculopatia silente angiograficamente, y mejoró el conocimiento de la enfermedad. En los últimos años están surgiendo nuevas definiciones en base a biomarcadores inmunohistologicos y circulantes.