Fibratos, ¿si o no en la prevención de eventos cardiovasculares?
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El tratamiento dirigido a reducir el colesterol LDL con estatinas se ha mostrado como una herramienta terapéutica particularmente eficaz a la hora de reducir el riesgo de eventos coronarios, cerebrales y mortales, tanto en prevención primaria como en prevención secundaria. No obstante, persiste un riesgo residual que exige poner en marcha medidas adicionales de reducción del riesgo. Los decepcionantes resultados del estudio ACCORD (The Action to Control Cardiovascular Risk in Diabetes) recientemente publicados y que comparaba los efectos cardiovasculares de la terapia combinada de fenofibrato y estatina frente a la monoterapia con estatina en pacientes con diabetes tipo 2 y alto riesgo cardiovascular, en el que no se encontraron beneficios de la terapia combinada, han supuesto un jarro de agua fría en la intención de reducir el riesgo cardiovascular actuando de forma más global sobre el control lipídico.
En este mismo sentido, la revista Lancet acaba de publicar un meta-análisis con el fin de revisar los efectos de los fibratos sobre los eventos cardiovasculares mayores en un amplio espectro de población. Así, se revisó la evidencia científica disponible desde 1950 a marzo de 2010, incluyendo el estudio ACCORD, analizando ensayos clínicos randomizados y controlados que estudiaron los efectos de los fibratos sobre los eventos cardiovasculares totales, coronarios, cerebrales, desarrollo de insuficiencia cardiaca, necesidad de revascularización coronaria, progresión de la albuminuria, mortalidad y efectos secundarios. Identificaron un total de 18 ensayos que proporcionaron información sobre 45.058 participantes, con un total de 2.870 eventos cardiovasculares mayores, 4.552 eventos coronarios y 3.880 muertes.
La terapia con fibratos consiguió una reducción del RR del 10% (95% IC 0-18) para eventos cardiovasculares mayores (p=0.048) y una reducción del 13% (7-19) para eventos coronarios (p<0.0001) pero sin hallar beneficios sobre el ictus (-3%, -16 a 9; p=0.69). Tampoco se observaron efectos de la terapia con fibratos en el riesgo de mortalidad por cualquier causa (0%, -8 a 7; p=0.92), mortalidad cardiovascular (3%, -7 a 12; p=0.59), muerte súbita (11%, -6 a 26; p=0.19) o mortalidad no vascular (-10%, -21 a 0.5; p=0.063). No obstante, los fibratos redujeron el riesgo de progresión de la albuminuria un 14% (2-25; p=0.028). Finalmente, no se observaron eventos adversos relacionados con la toma de fibratos (17.413 participantes, 225 eventos; RR 1.21, 0.91-1.61; p=0.19), aunque sí se observaron, frecuentemente, ligeras elevaciones de la creatinina sin repercusión clínica (1.99, 1.46-2.70; p<0.001).
En definitiva, la terapia con fibratos, asociada o no a estatinas, parece reducir el riesgo de eventos cardiovasculares mayores preferentemente mediante la prevención de los eventos coronarios, eso sí, sin reducir la mortalidad, y podría tener un hueco en individuos de particular alto riesgo que tienen dislipemia combinada, bien por hipertrigliceridemia significativa o por niveles bajos de colesterol HDL.
Lancet 2010; 375: 1875-84 [Pub Med][Texto completo]
Autor: José Ángel Rodríguez Fernández
José Ángel Rodríguez Fernández. Fibratos, ¿si o no en la prevención de eventos cardiovasculares?