La ICP primaria logra una reperfusión satisfactoria de la arteria culpable del infarto (flujo TIMI 3) en mas del 90% de los casos, frente al 50-55% conseguido por la fibrinolisis. La ICP primaria es, por tanto, la estrategia de reperfusión mas adecuada. Sin embargo, existen restricciones logísticas sustanciales asociadas a la ICP primaria que hacen que el tiempo puerta-balón sea mucho mas largo que el tiempo puerta-aguja, lo que hace que se pierda gran parte de la ventaja de la ICP primaria. Desde los años 80 se ha intentado combinar lo mejor de ambas estrategias de reperfusión, haciendo una ICP inmediatamente después de la fibrinolisis. Con la fibrinolisis inicial se trata de salvar miocardio; con la ICP ulterior se trata de asegurar la reperfusión en caso de fallo de la fibrinolisis y de prevenir la reoclusión y el reinfarto.