La hipertensión arterial pulmonar (HAP) es una enfermedad progresiva de la vasculatura pulmonar que conlleva una elevación de las resistencias vasculares pulmonares (RVP) y de la presión en arteria pulmonar (PAP), así como una reducción de la función sistólica de ventrículo derecho (FSVD) y, en última instancia el fracaso de VD y muerte.

Un registro recién publicado concluye que la repolarización precoz no se asocia a mayor mortalidad cardiovascular, de acuerdo con la idea clásica pero en contra de trabajos recientes y de la opinión de reputados electrofisiólogos que abogan por incluir la RP en el grupo de canalopatías.

Un registro de la Asociación Europea de Cardiología Pediátrica sugiere que no existe consenso sobre las indicaciones del tratamiento con corticoides en el bloqueo AV fetal y que su uso generalizado no parece justificado. 

La dronedarona se asocia a un aumento de eventos adversos en pacientes con fibrilación auricular permanente y comorbilidad cardiovascular, según el estudio PALLAS, suspendido prematuramente por dicho motivo.

Aunque los IECAs, ARA2 y BB han mostrado reducir la morbilidad y mortalidad en pacientes con insuficiencia cardiaca (IC), hay evidencia de que dichos tratamientos están infrautilizados, especialmente en atención primaria (AP). Algunos pacientes no los reciben o los reciben a dosis inferiores que aconsejadas por evidencia científica. Metaanálisis de estudios pequeños han sugerido que una intervención por parte del farmacéutico sobre el tratamiento médico del paciente con IC podría mejorar los resultados. 

En pacientes portadores de marcapasos y desfibriladores automáticos no existe relación temporal entre los episodios de fibrilación auricular y la aprición de embolias periféricas o ictus.
Es de sobra conocido que la fibrilación auricular (FA) se asocia a la aparición de fenómenos embólicos debido a la formación de trombos en la aurícula izquierda en relación al estasis sanguíneo provocado por la ausencia de contracción auricular efectiva.