La Aspirina es ampliamente utilizada en la prevención primaria de eventos cardiovasculares, a pesar de una evidencia y unas recomendaciones controvertidas en este contexto, ya que su beneficio en prevención primaria es modesto, en ocasiones superado por el riesgo incrementado de sangrado.
La disfunción renal es un factor de mal pronostico en la insuficiencia cardiaca (IC) aguda o crónica, si bien muchos de los fármacos que mejoran el pronostico en la IC causan un deterioro en la función renal.
La insuficiencia cardiaca crónica supone una importante causa de morbimortalidad. Se asocia a un estado de hipercoagulabilidad con riesgo incrementado de embolismos cerebrales y formación de trombos murales en el ventrículo izquierdo, por lo que se podría pensar que los anticoagulantes podrían ser de beneficio en este contexto.
El grupo de Pappone y colaboradores concluye que el riesgo de arritmias potencialmente mortales en pacientes con síndrome de Wolff-Parkinson-White es bajo. Dos criterios electrofisiológicos se asocian a mayor riesgo, aunque su utilidad práctica está por demostrar.
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