CONMOTIO CORDIS: el peligro de estar en el lugar inoportuno en el momento inadecuado.
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Aunque es un evento muy infrecuente, sus efectos son devastadores y su naturaleza “misteriosa”. El New England le dedica un artículo de revisión.
¿Qué es?: una muerte súbita (MS) secundaria a fibrilación ventricular desencadenada por un traumatismo torácico cerrado sin lesiones costo-esternales ni cardíacas.
¿Es frecuente?: afortunadamente no, pero estaría entre las causas más frecuentes de MS en atletas jóvenes, tras la miocardiopatía hipertrófica y las anomalías coronarias congénitas. El National Conmotio Cordis Registry de Minneapolis ha registrado 224 casos en USA en los últimos 15 años (actualmente la población estadounidense es de 304 millones de habitantes), aunque su incidencia podría estar infraestimada.
¿En qué actividades puede aparecer?: La mitad de los casos ocurren en atletas jóvenes federados que reciben un golpe de un “proyectil” usado en el juego (béisbol, hockey sobre hielo,…)., la cuarta parte en actividades deportivas “caseras”, con algún familiar como causante del golpe, y la cuarta parte restante en situaciones no deportivas (patadas, coces,…)
¿Es grave?: generalmente fatal (75% de mortalidad). Sin embargo, en los últimos años la supervivencia ha superado en un 20% a los casos mortales, probablemente por un reconocimiento más inmediato de la situación por parte de los espectadores, la mayor disponibilidad de desfibriladores automáticos externos y la activación temprana de la cadena de supervivencia.
¿Cuál es el mecanismo?: estudios recientes en animales sugieren 2 determinantes fundamentales: a) el golpe debe producirse en una pequeña área del precordio, principalmente en el centro de la silueta cardíaca; y b) el golpe debe de ocurrir en un momento muy determinado: justo antes del pico de la onda T, durante una ventana temporal que supone sólo el 1% del ciclo cardíaco. Se supone que la dispersión de la repolarización propia de ese momento justifica el sustrato electrofisiológico para desarrollar una fibrilación ventricular.
¿Cómo prevenirlo?: la respuesta es fácil (evitar los golpes precordiales) pero su aplicación es prácticamente imposible. Se supone que mejorar las técnicas deportivas y el diseño del material deportivo debería disminuir el riesgo. Se han usado protectores torácicos en ciertos deportes que, si bien protegen de lesiones torácicas o cardíacas, no ofrecen protección absoluta frente al conmotio cordis (40 de las 125 conmotio cordis ocurridas durante deportes de competición registradas en el National Registry antes citado ocurrieron en portadores de protectores torácicos).
¿Qué hacer con los supervivientes?: no existe evidencia de que tengan riesgo aumentado de eventos arrítmicos ni de que deban de ser retirados de la competición por este único motivo. El implante de un desfibrilador automático no está indicado.
Maron BJ, Estes III NAM. Commotio Cordis. N Engl J Med 2010;362:917-27 [Pub Med][Texto completo]
Autor: Ignacio Mosquera
Ignacio Mosquera. CONMOTIO CORDIS: el peligro de estar en el lugar inoportuno en el momento inadecuado.