TPL_GK_LANG_MOBILE_MENU
A+ A A-

Flashes de Actualidad

Flashes Actualidad Trombo

Disfunción renal como predictor de embolias en fibrilación auricular: ¿Escala R2CHADS2?

Un estudio sugiere que la disfunción renal es un potente predictor de fenómenos embólicos en fibrilación auricular y debería formar parte de las escalas de predicción de riesgo.

Una de las principales consecuencias de la fibrilación auricular (FA) es la posibilidad de aparición de eventos embólicos en forma de ictus, accidente isquémico transitorio (AIT) o embolia sistémica. El riesgo de aparición de estos eventos es diferente en cada paciente y depende de la presencia de otros factores de riesgo embolígeno. Se han desarrollado diferentes escalas de riesgo, de las cuales la más usada es la archiconocida CHADS2, sobre todo por su simplicidad. La principal limitación de esta escala es que no discrimina bien entre los pacientes de riesgo bajo (que no precisarían anticoagulación) y moderado (que sí la precisarían); para intentar paliar este defecto se elaboró la escala CHA2DS2-VASc, que resuelve parcialmente esta limitación a costa de asignar muchos más pacientes al grupo de riesgo moderado. Además, ambas escalas tienen una limitación común: las variables incluídas sólo explican el 50-60% del riesgo total del paciente, lo que quiere decir que existen otras variables con importancia predictiva no contempladas en estos modelos.
Una de estas posibles variables es la insuficiencia renal. Diversos estudios han sugerido que el grado de disminución del filtrado glomerular es un potente predictor independiente de ictus-embolia en pacientes con FA. Los autores del presente trabajo decidieron definir los factores de riesgo independientes de ictus-embolia a partir de los datos de un gran estudio, escogiendo el ROCKET-AF; una vez identificados, construyeron una escala de riesgo que posteriormente se validó con los datos de una muestra diferente, la proveniente del estudio ATRIA (ambos estudios ya han sido comentados en estos flashes).
El  estudio ROCKET AF consistió, en resumen, en un ensayo clínico aleatorizado que incluyó a 14264 pacientes con FA no valvular, riesgo embolígeno moderado-alto y aclaramiento de creatinina ≥30 mL/min a recibir rivaroxaban o warfarina. Tras un seguimiento mediano de 1.94 años, aplicando un modelo de riesgos proporcionales de Cox, se identificaron los siguientes factores de riesgo independientes de ictus-embolia, ordenados de mayor a menor valor predictivo:

  • historia de ictus o AIT previo
  • aclaramiento de creatinina disminuido (estimado según la fórmula de Cockcroft-Gault ó MDRD)
  • tensión arterial diastólica elevada
  • FA persistente (frente a paroxística)
  • enfermedad vascular
  • frecuencia cardíaca elevada.

Curiosamente, no fueron predictores independientes la edad, diabetes, insuficiencia cardíaca ni la hipertensión arterial incluída como variable dicotómica (es decir, ninguno de los componentes de la escala CHADS2 salvo la S-troke). En base a estos datos, propusieron una nueva escala R2CHADS2 (incorpora todos los elementos de la escala CHADS2 y añade 2 puntos por un aclaramiento de creatinina <60 ml/min) y evaluaron su poder predictivo en la población del estudio ATRIA, observando que el poder discriminatorio de ambas fue similar pero la escala RSCHADS2 mejoró en un 17% el índice de reclasificación neto. También observaron que una escala muy sencilla que incluyó sólo el antecedente de ictus-AIT y el aclaramiento de creatinina <60 ml/min tuvo un poder discriminatorio similar a la escala CHADS2.
Los autores concluyen que la disfunción renal es un potente predictor de ictus-embolia en pacientes con FA no valvular y, por tanto, debería ser incluído en futuras escalas de predicción de riesgo embolígeno. Este estudio merece muchas matizaciones, algunas de las cuales pueden ser:

  1. Fue elaborado en base a los datos de un estudio en el que se incluyeron pacientes de alto riesgo embolígeno (mediana de CHADS2: 3), población en la que hay pocas dudas sobre la conveniencia de anticoagular, mientras que el grupo de pacientes con CHADS2=1 (que son aquellos en los que esta escala discrimina peor y, por tanto, plantean habitualmente las dudas clínicas) está muy infra-representado.
  2. Los pacientes del ROCKET-AF estaban anticoagulados, por lo que los factores de riesgo embolígeno encontrados realmente identifican a los pacientes cuyo riesgo de ictus-embolia está mal controlado con la anticoagulación, no a pacientes con FA todavía sin anticoagular.
  3. La muestra de validación (pacientes del estudio ATRIA) es un grupo de pacientes en los que ya se sabía que la disfunción renal era un predictor importante de ictus-embolia.

 

Referencia: Piccini JP, Stevens SR, Chang Y, Singer DE, Lokhnygina Y, Go AS, Patel MR, Mahaffey KW, Halperin JL, Breithardt G, Hankey GJ, Hacke W, Becker RC, Nessel CC, Fox KAA, Califf RM, for the ROCKET AF Steering Committee and Investigators. Renal dysfunction as a predictor of stroke and systemic embolism in patients with nonvalvular atrial fibrillation. Validation of the R2CHADS2 index in the ROCKET AF (Rivaroxaban
Once-daily, oral, direct factor Xa inhibition Compared with vitamin K antagonism for prevention of stroke and Embolism Trial in Atrial Fibrillation) and ATRIA (AnTicoagulation and Risk factors In Atrial fibrillation) Study Cohorts. Circulation 2013;127:224-232. [Pub Med] [Texto completo]

Autor: Ignacio Mosquera

Nacho Mosquera. Disfunción renal como predictor de embolias en fibrilación auricular: ¿Escala R2CHADS2?

¿Degeneración protésica precoz?. No...Trombosis protésica

La implantación de prótesis transcatéter en posición aórtica (comúnmente conocida como TAVI) es un procedimiento en auge, con un volumen de pacientes sometidos a este tipo de intervención en aumento de manera exponencial. Se ha demostrado la eficacia y seguridad del implante, y ya se dispone de datos acerca de la evolución de los pacientes sometidos a TAVI a corto y medio plazo. Estos pacientes son seguidos de forma muy estrecha por los profesionales que llevan a cabo este tipo de procedimientos, y una de las cuestiones que más interés suscita con respecto a estos dispositivos es la durabilidad a largo plazo.

Se han publicado recientemente por un grupo italiano tres casos de trombosis protésicas en los dos primeros años tras el implante, con una presentación clínica y unos signos ecocardiográficos que se interpretaron inicialmente como degeneración protésica precoz.

El primer caso se trataba de un paciente de 83 años al que se le había implantado una prótesis Sapien XT de 26 mm por estenosis aórtica severa, con un gradiente medio al alta de 11 mmHg, y sin regurgitación residual. Recibía tratamiento con doble antiagregación y había mejorado clínicamente; a los 6 meses, todavía recibiendo doble antiagregación el paciente había empeorado de clase funcional y en la exploración ecocardiográfica (transesofagico) el gradiente medio era de 68 mmHg, con engrosamiento y restricción del movimiento de las valvas, sin visualización directa de trombo.  A pesar de esto, se inició tratamiento anticoagulante con antivitamina K reduciendo el gradiente transprotesico a los dos meses al nivel inicial (11 mmHg).

El segundo caso reportado, paciente de 81 años, también sometido a implante de prótesis transcatéter por estenosis aórtica severa, presentaba al alta un gradiente medio de 8 mmHg, e insuficiencia aórtica perivalvular trivial. Recibió doble antiagregacion durante tres meses, y posteriormente con apirina únicamente. A los 15 meses, presenta empeoramiento de clase funcional con aumento significativo del gradiente transprotesico medio, a 45 mHg, sin empeoramiento de la regurgitacion paravalvular. Se instauró tratamiento anticoagulante y se redujo significativamente el gradiente transprotesico medio, a 19 mmHg, con desaparición de los síntomas.

El último caso presentado es el de un paciente de 83 años, al que se le implantó vía femoral una prótesis SAPIEN XT de 26 mm, presentando tras el implante un gradiente medio de 9 mmHg y regurgitacion ligera paravalvular. A los dos años del implante, presenta empeoramiento de clase funcional, en NYHA III, y presenta en la exploración ecocardiográfica incremento del gradiente medio a 37 mmHg, sin aumento del “leak” paravalvular; siguiendo las experiencias previas, se inicia terapia anticoagulante con la consiguiente mejoría clínica y de los parámetros ecocardiográficos ( reducción del gradiente medio a 13 mmHg).

Estos tres casos de pacientes con incremento progresivo de los gradientes transprotesicos, y desarrollo de síntomas acompañantes, sugerían inicialmente degeneración protésica precoz. No obstante, los autores, ante la ausencia de otros signos ecocardiograficos sugestivos de disfunción protésica como la ausencia de calcificaciones unidos al poco tiempo transcurrido tras el implante, optaron por ensayar con éxito la terapia anticoagulante a pesar de no observar trombos en la ecocardiografía.

Estos casos son ilustrativos y ante casos similares, que podrían conllevar un abordaje terapéutico de nuevo implante de otro dispositivo, procedimiento de “valve in valve”, si se interpretan como degeneración protésica precoz, se debe tener en cuenta la posibilidad de que se trate de una trombosis con trombo laminar difícil de identificar en la ecocardiografia, que forma una capa adherida a las valvas confiriéndoles la apariencia engrosada; como se ha reportado, estos pacientes presentan una respuesta rápida y satisfactoria con el tratamiento anticoagulante, constituyendo una opción que se debe contemplar antes de optar por otro procedimiento. Por otra parte, la investigación futura en pacientes sometidos a implante de prótesis transcateter deseablemente debe aportar datos acerca del tratamiento antitrombótico óptimo en los pacientes sometidos a TAVI, actualmente manejados de forma empírica. 

Referencia:

1.- Latib A, Messika-Zeitoun D, Maisano F, et al. Reversible Edwards Sapien XT dysfunction due to prosthesis thrombosis presenting as early structural deterioration [correspondence]. J Am Coll Cardiol 2012; DOI:10.1016/j.jacc.2012.10.016. [Pub Med] [Texto completo]

Autor: Dr Pablo Piñón Esteban. Servicio de Cardiologia. CHUAC.  


La implantación de prótesis transcatéter en posición aórtica (comúnmente conocida como TAVI) es un procedimiento en auge, con un volumen de pacientes sometidos a este tipo de intervención en aumento de manera exponencial. Se ha demostrado la eficacia y seguridad del implante, y ya se dispone de datos acerca de la evolución de los pacientes sometidos a TAVI a corto y medio plazo. Estos pacientes son seguidos de forma muy estrecha por los profesionales que llevan a cabo este tipo de procedimientos, y una de las cuestiones que más interés suscita con respecto a estos dispositivos es la durabilidad a largo plazo.

Se han publicado recientemente por un grupo italiano tres casos de trombosis protésicas en los dos primeros años tras el implante, con una presentación clínica y unos signos ecocardiográficos que se interpretaron inicialmente como degeneración protésica precoz.

El primer caso se trataba de un paciente de 83 años al que se le había implantado una prótesis Sapien XT de 26 mm por estenosis aórtica severa, con un gradiente medio al alta de 11 mmHg, y sin regurgitación residual. Recibía tratamiento con doble antiagregación y había mejorado clínicamente; a los 6 meses, todavía recibiendo doble antiagregación el paciente había empeorado de clase funcional y en la exploración ecocardiográfica (transesofagico) el gradiente medio era de 68 mmHg, con engrosamiento y restricción del movimiento de las valvas, sin visualización directa de trombo.  A pesar de esto, se inició tratamiento anticoagulante con antivitamina K reduciendo el gradiente transprotesico a los dos meses al nivel inicial (11 mmHg).

El segundo caso reportado, paciente de 81 años, también sometido a implante de prótesis transcatéter por estenosis aórtica severa, presentaba al alta un gradiente medio de 8 mmHg, e insuficiencia aórtica perivalvular trivial. Recibió doble antiagregacion durante tres meses, y posteriormente con apirina únicamente. A los 15 meses, presenta empeoramiento de clase funcional con aumento significativo del gradiente transprotesico medio, a 45 mHg, sin empeoramiento de la regurgitacion paravalvular. Se instauró tratamiento anticoagulante y se redujo significativamente el gradiente transprotesico medio, a 19 mmHg, con desaparición de los síntomas.

El último caso presentado es el de un paciente de 83 años, al que se le implantó vía femoral una prótesis SAPIEN XT de 26 mm, presentando tras el implante un gradiente medio de 9 mmHg y regurgitacion ligera paravalvular. A los dos años del implante, presenta empeoramiento de clase funcional, en NYHA III, y presenta en la exploración ecocardiográfica incremento del gradiente medio a 37 mmHg, sin aumento del “leak” paravalvular; siguiendo las experiencias previas, se inicia terapia anticoagulante con la consiguiente mejoría clínica y de los parámetros ecocardiográficos ( reducción del gradiente medio a 13 mmHg).

Estos tres casos de pacientes con incremento progresivo de los gradientes transprotesicos, y desarrollo de síntomas acompañantes, sugerían inicialmente degeneración protésica precoz. No obstante, los autores, ante la ausencia de otros signos ecocardiograficos sugestivos de disfunción protésica como la ausencia de calcificaciones unidos al poco tiempo transcurrido tras el implante, optaron por ensayar con éxito la terapia anticoagulante a pesar de no observar trombos en la ecocardiografía.

Estos casos son ilustrativos y ante casos similares, que podrían conllevar un abordaje terapéutico de nuevo implante de otro dispositivo, procedimiento de “valve in valve”, si se interpretan como degeneración protésica precoz, se debe tener en cuenta la posibilidad de que se trate de una trombosis con trombo laminar difícil de identificar en la ecocardiografia, que forma una capa adherida a las valvas confiriéndoles la apariencia engrosada; como se ha reportado, estos pacientes presentan una respuesta rápida y satisfactoria con el tratamiento anticoagulante, constituyendo una opción que se debe contemplar antes de optar por otro procedimiento. Por otra parte, la investigación futura en pacientes sometidos a implante de prótesis transcateter deseablemente debe aportar datos acerca del tratamiento antitrombótico óptimo en los pacientes sometidos a TAVI, actualmente manejados de forma empírica.

 

 

 

Autor: Dr Pablo Piñón Esteban. Servicio de Cardiologia. CHUAC.

 

Palabras clave: Estenosis Aórtica; TAVI; Prótesis; Trombosis; degeneración protesica; anticoagulación;

Pablo Piñón Esteban. ¿Degeneración protésica precoz?. No...Trombosis protésica.

Clopidogrel previo al intervencionismo

La eficacia del pretratamiento con clopidogrel en los pacientes que van a ser sometidos a intervencionismo coronario percutáneo (ICP), si bien ha sido aplicado de forma generalizada de acuerdo con las guías de práctica clínica,  no está suficientemente definida.
Hay varios estudios que han tratado de evaluar el pretratamiento con diferentes dosis de carga, en pacientes con diferente situación clínica e intervalo de tiempo preprocedimiento diferente, pero ninguno de estos estudios tenía poder suficiente para obtener conclusiones referentes a la mortalidad, y las recomendaciones de las diferentes guias de práctica clínica son con bajo nivel de evidencia, fundamentalmente basada en los resultados de tres estudios, el PCI-CURE, el estudio CREDO y el subestudio PCI- CLARITY. Se ha publicado un metaanálisis en JAMA1 para analizar con los datos de los estudios disponibles la eficacia y seguridad del pretratamiento con clopidogrel en los pacientes sometidos a ICP, independientemente de la presentación clínica. Los resultados cuestionan la eficacia del pretratamiento con clopidogrel antes del intervencionismo coronario en relación a la mortalidad. El objetivo primario de este metaanálisis fue la mortalidad global. El objetivo primario de seguridad fue el sangrado mayor. Se incluyeron en el metaanálisis 6 ensayos clínicos, 2 analisis observacionales de ensayos clínicos, y 7 estudios observacionales, comprendiendo un total de 37814 pacientes, de los cuales 8608 procedían de ensayos clínicos. Se incluyeron pacientes estables sometidos a intervencionismo electivo, 2098 pacientes, y pacientes con Sindrome Coronario Agudo (SCA) (6510 pacientes,), con (SCACEST) (25%, 2158 pacientes) y sin elevación de ST (SCASEST), y se definió pretratamiento como la administración de una dosis de carga de 300 mg o más antes del cateterismo, o una dosis de mantenimiento de 75 mg al menos durante más de 5 días antes del intervencionismo. El seguimiento medio fue de 192 días, En esta cohorte de pacientes incluidos en los ensayos clinicos, no se observó beneficio significativo del pretratamiento en términos de mortalidad, aunque si una tendencia (riesgo absoluto (RA) 1,54% versus 1,97%, OR 0,8; p= 0,17).  Si se observó menor riesgo de eventos cardiacos mayores con el pretratamiento (RA 9,83% versus 12,35%; OR 0,77, P<0,001). No se observó un riesgo aumentado de sangrado mayor con el pretratamiento (RA 3,57% versus 3,08%, OR 1,18; p=0,18). No se observó heterogeneidad entre los diferentes ensayos clínicos incluidos en el metaanalisis. Estos hallazgos fueron consistentes con los obtenidos en los análisis de los estudios observacionales y en los análisis observacionales de los ensayos clínicos. En el análisis preespecificado según la presentación clínica, si bien no existió heterogeneidad en relación a la presentación clínica, en los pacientes con SCA con elevación de ST, sí se observó reducción de la mortalidad con el pretratamiento, (RA 1,28% vs 2,54%; OR 0,5; 95% IC 0,26-0,96, P=0,04), suponiendo que el numero de pacientes necesarios tratar para evitar una muerte (NNT) es 79; también se asoció a reducción de los eventos coronarios mayores, con NNT de 36; en los pacientes con SCASEST se observó también reducción de los eventos coronarios mayores con el pretratamiento (NNT 30). En contraposición, en los pacientes de bajo riesgo, pacientes sometidos a ICP electivo, el pretratamiento no proporcionó ningún beneficio. No hubo diferencias en los “end points “ de seguridad  en los tres subgrupos de diferente presentación clínica. Los autores de este trabajo, si bien recogen las limitaciones inherentes a este tipo de estudios, cuestionan con la evidencia disponible y, a la luz de estos resultados, la estrategia habitual de pretratamiento, sobre todo en los pacientes estables, como recomiendan las guias y como se realiza en la práctica clínica habitual, restringiendo este pretratamiento a los pacientes de alto riesgo, que son los que obtienen un beneficio más relevante con el pretratamiento, contrastando con los pacientes sometidos a ICP electivo, en los cuales no se observó beneficio ni en términos de mortalidad ni en términos de reducción de eventos coronarios. Se están llevando a cabo dos estudios randomizados evaluando el pretratamiento con los nuevos antiagregantes, el ACCOAST  (pretratamiento con PRASUGREL en pacientes con SCASEST en el momento del diagnóstico o en el momento del intervencionismo) y el ATLANTIC (pretratamiento prehospitalario versus intrahospitalario con TICAGRELOR en pacientes con SCACEST referidos para intervencionismo), realizados según las estrategias actuales de intervencionismo precoz, y que añadirán información acerca del rol del pretratamiento con inhibidores P2Y12 en el intervencionismo.
 
  1. Association of Clopidogrel Pretreatment With Mortality, Cardiovascular Events, and Major Bleeding Among Patients Undergoing Percutaneous Coronary Intervention. A Systematic Review and Meta-analysis. Bellemain- Appaix, A et al; JAMA. 2012;308(23):2507-2517 [Pub Med] [Texto completo]
 
AUTOR: Pablo Piñón Esteban. Servicio de Cardiologia. CHUAC.
Pablo Piñón. Clopidogrel previo al intervencionismo

HospitalAviso a pacientes: La información de este sitio está dirigida a médicos. Su contenido no debe ser usado para diagnosticar o tratar problema alguno por parte de personal no profesional. Si tiene o sospecha la existencia de un problema de salud, consulte a su médico de cabecera.

corazón, diabetes, angina, arritmias y cardiología

Favoritos

Cardioatrio.com es una página elaborada para prestar servicio al profesional médico con interés en las enfermedades del corazón en su práctica clínica diaria. Además de condiciones típicas de cardiología, como angina y arritmias, aborda otras condiciones relacionadas como diabetes o ictus.
Este sitio utiliza cookies para ofrecer un mejor servicio. Si usted continua navegando acepta el uso de cookies. Acepto el permiso de cookies