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Apneas obstructivas del sueño y sus consecuencias cardiovasculares

El Síndrome de Apneas Obstructivas del Sueño (SAOS) es una patología frecuente (en España, 26% de hombres y 28% de mujeres de entre 30 y 70 años) en la cual una pérdida del tono de la musculatura dilatadora de la faringe al iniciar el sueño origina un colapso faríngeo recurrente con un cese temporal de la respiración (apnea). Una faringe anormalmente estrecha y colapsable incrementa el riesgo de esta afección. Las apneas repetidas ocasionan hipoxia y retención carbónica que interrumpen el sueño, lo cual restaura el tono muscular faríngeo y, subsiguientemente, el flujo de aire. Sin embargo, esta respuesta es breve pues la obstrucción faríngea reaparece cada vez que se reanuda el sueño y las fases protectoras de despertar terminan por alterar significativamente el descanso nocturno, justificando la somnolencia diurna. En general, se acepta como diagnóstico de SAOS la presencia de cinco o más apneas-hipopneas por hora de sueño (AHI -índice apnea-hipopnea-).

Las apneas repetidas someten al sistema cardiovascular a ciclos de hipoxia y presión intratorácica exageradamente negativa, además de alterar el patrón normal del sueño. Estos estímulos nocivos pueden, a su vez, reducir la contractilidad miocárdica, activar el sistema nervioso simpático, incrementar la presión arterial, la frecuencia cardiaca y el estrés parietal miocárdico, reducir la actividad parasimpática, provocar estrés oxidativo e inflamación sistémica, activar las plaquetas y afectar a la función vascular endotelial.

Tras la descripción inicial del SAOS datos procedentes de estudios epidemiológicos, observacionales y de intervención han encontrado asociaciones significativas e independientes entre el SAOS y la hipertensión arterial, la enfermedad coronaria, las arritmias, la insuficiencia cardiaca y el ictus. Así, empezó a considerarse la posibilidad de que el SAOS pudiera contribuir a la patogénesis de las diferentes enfermedades cardiovasculares. En este sentido, los ensayos randomizados en los cuales se trató el SAOS con presión positiva continua en la vía aérea (CPAP) consiguieron, además de mejorar el patrón de sueño y los síntomas, reducir las cifras de presión arterial, atenuar los signos tempranos de aterosclerosis y mejorar la función cardiaca en pacientes con insuficiencia cardiaca.

En definitiva, quedan por despejar múltiples dudas en esta relación entre le SAOS y la patología cardiovascular que abarcan aspectos epidemiológicos, fisiopatológicos y terapéuticos y, si bien, la información reciente sugiere que el SAOS incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y su tratamiento mediante CPAP parece reducir dicho riesgo, se necesitan ensayos clínicos randomizados a gran escala para determinar, definitivamente, si el tratamiento del SAOS mejora el pronóstico cardiovascular.


Bradley TD, Floras JS. Obstructive sleep apnoea and its cardiovascular consequences. Lancet 2009; 373: 82-93. [Pub Med][Texto completo]


Autor: JAR

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corazón, diabetes, angina, arritmias y cardiología

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