Insuficiencia tricuspídea traumática post-extracción de electrodos transvenosos: poco frecuente pero “poco benigna”.
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Un reciente estudio sugiere que la insuficiencia tricuspídea traumática secundaria a procedimientos de extracción de electrodos transvenosos es relativamente poco frecuente pero se asocia a una incidencia elevada de desarrollo de insuficiencia cardíaca derecha durante el seguimiento.
El número de pacientes portadores de marcapasos, DAI y resincronizador ha aumentado enormemente en los últimos años, lo cual ha llevado a un aumento paralelo de procedimientos de extracción de electrodos transvenosos por diversos motivos, principalmente infección o disfunción del electrodo. Dado que la tracción manual simple es a menudo ineficaz, se han desarrollado diferentes herramientas que ayudan en el procedimiento. La extracción percutánea de electrodos mediante estas herramientas es un procedimiento eficaz y seguro en términos generales. No obstante, un cierto porcentaje de pacientes desarrolla insuficiencia tricuspídea traumática (ITT) secundaria al procedimiento de extracción; esta lesión tricuspídea se debe a que el tejido fibrótico que se forma alrededor del electrodo se fija también sobre las valvas tricuspídeas. Las características de la ITT no han sido sistemáticamente analizadas.
Este estudio pretendía evaluar la incidencia, factores de riesgo y evolución de la ITT secundaria a extracción percutánea de electrodos de estimulación transvenosos crónicos, incluyendo marcapasos, DAI y resincronizadores.
Se incluyeron todos los pacientes sometidos a extracción percutánea de al menos 1 electrodo ventricular en el Hospital La Timone de Marsella (Francia) entre 2003 y 2008. La extracción se intentaba inicialmente mediante tracción simple (si el electrodo tenía al menos 6 meses de antigüedad se ayudaba de un estilete); en caso de ser ineficaz se usaban herramientas adicionales (técnica lasso y/o vaina laser). La presencia de una nueva ITT tras la extracción fue evaluada mediante ecocardiograma transtorácico. Se incluyeron varios parámetros demográficos, clínicos y técnicos para estudiar su asociación con la ITT. Posteriormente se realizó un seguimiento prospectivo para documentar la evolución de estos pacientes.
Se extrajeron 237 electrodos ventriculares en 208 pacientes (73% varones, edad 70±15 años, DAI y/o resincronizador en 27%), con una antigüedad mediana del electrodo de 46.4 meses (rango 0.7-260.5 meses). La indicación para extraer los electrodos fue principalmente endocarditis (42%), infección/erosión de la bolsa del generador (31%), disfunción del electrodo (12%) y upgrade de marcapasos a DAI (8%), lográndose extracción completa del 89% de los electrodos. Ocurrió ITT en 19 pacientes (9.1%), moderada en 5 y severa en 14. Se encontraron 3 factores de riesgo independientes de desarrollo de ITT: uso de vaina laser (OR 9.4, p=0.004), uso de vaina laser y lasso (OR 13.1, p=0.02), y sexo femenino (OR 3.4, p=0.02). Tras un seguimiento de 4130 personas-meses (mediana 17.9 meses), 7 pacientes con ITT fueron tratados médicamente por síntomas de insuficiencia cardíaca derecha de nueva aparición, 2 habían sido sometidos a cirugía reparadora de la válvula tricúspide y 6 habían muerto (2 por insuficiencia cardíaca y 4 de causa no cardíaca). La insuficiencia cardíaca derecha ocurrió únicamente en pacientes con ITT severa, con una incidencia de al menos el 50% durante el seguimiento.
Las conclusiones de los autores son que la ITT tiene una incidencia baja pero es una posible complicación de la extracción de electrodos, cuyo predictor más potente es la necesidad de herramientas de extracción más allá de la tracción simple (sobre todo la vaina laser). En pacientes con ITT severa el pronóstico no es benigno, con una frecuencia alta de aparición de insuficiencia cardíaca derecha.
Este estudio merece algunas consideraciones:
1) Es un estudio monocéntrico, por lo que la comparación con otros centros es muy difícil.
2) El número de ITT y de eventos es bajo, por lo que el poder estadístico para encontrar factores de riesgo es limitado.
3) El diseño no permite concluir que la vaina laser es la causa de la ITT. Más que un factor de riesgo, posiblemente sea un marcador de riesgo, dado que evidentemente se usa sólo en casos difíciles en los que la tracción simple ha fracasado.
Franceschi F, Thuny F, Giorgi R, Sanaa I, Peyrouse E, Assouan X, Prévôt S, Bastard E, Habib G, Deharo JC. Incidence, risk factors, and outcome of traumatic tricuspid regurgitation after percutaneous ventricular lead removal. J Am Coll Cardiol 2009;53:2168-74.[Pub Med][Texto completo]
Autor: NM