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Síndrome cardiorrenal (1)

El término se usa cada vez mas sin que existe una definición consistente y universalmente aceptada. Es un transtorno fisiopatológico del corazón y de los riñones en el que la disfunción aguda o crónica de un órgano induce la disfunción aguda o crónica del otro. Aunque generalmente se define como el inicio y/o progresión de una insuficiencia renal secundaria a una insuficiencia cardiaca, el término síndrome cardiorrenal también se usa para describir los efectos negativos que tiene una insuficiencia renal sobre el corazón y la circulación. Se presenta una nueva clasificación del síndrome cardiorrenal con 5 subtipos.

El término se usa cada vez mas sin que existe una definición consistente y universalmente aceptada. Es un transtorno fisiopatológico del corazón y de los riñones en el que la disfunción aguda o crónica de un órgano induce la disfunción aguda o crónica del otro. Aunque generalmente se define como el inicio y/o progresión de una insuficiencia renal secundaria a una insuficiencia cardiaca, el término síndrome cardiorrenal (SCR) también se usa para describir los efectos negativos que tiene una insuficiencia renal sobre el corazón y la circulación.

El concepto mas simplista de SCR de que un riñón relativamente normal llega a disfuncionar por la cardiopatía ha sido rebasado para incluir una variedad de condiciones agudas o crónicas en las que el órgano que falla primero puede ser tanto el corazón como el riñón.

La subdivisión del SCR en 5 subtipos diferentes parece clarificar las estrategias diagnósticas y terapeúticas ante este síndrome.

En el tipo 1 o SCR agudo un deterioro rápido de la función cardiaca (insuficiencia cardiaca aguda) conduce a una injuria renal aguda (insuficiencia renal aguda). La insuficiencia cardiaca aguda puede dividirse en 4 subtipos: edema pulmonar hipertensivo con función sistólica VI preservada, IC crónica agudamente descompensada, shock cardiogénico y fallo ventricular predominantemente derecho. La injuria renal aguda en estos pacientes se debe a una perfusión renal inadecuada por bajo gasto cardiaco y/o congestión venosa renal. La respuesta a la terapia diurética está disminuida. La injuria renal puede agravarse por la administración de diuréticos a altas dosis o en combinación. Es preferible administrarlos en infusión contínua a dosis bajas. Si la congestión sistémica no responde a la terapia médica optimizadora del gasto cardiaco y es resistente a los diuréticos, está indicada la ultrafiltración. La presencia de insuficiencia renal dificulta la prescripción de IECAs y antialdosterónicos en estos pacientes, terapias que deben mantenerse pese a todo, extremando la vigilancia de la función renal y del potasio sérico. En estos pacientes, la administración de contrastes iodados durante la coronariografía puede dañar adicionalmente la función renal, por lo que debe emplearse la profilaxis correspondiente. Es importante el diagnóstico precoz de la injuria renal, para lo que son útiles los nuevos biomarcadores renales como la cistatina C.

En el tipo 2 (SCR crónico) las anomalías crónicas de la función cardiaca (insuficiencia cardiaca congestiva crónica) causan disfunción renal crónica progresiva. El empeoramiento de la función renal en el contexto de una insuficiencia cardiaca crónica se asocia con peor pronóstico y hospitalizaciones mas prolongadas. La prevalencia de disfunción renal en la IC crónica es de aproximadamente el 25%. Los predictores independientes de empeoramiento de la función renal son la edad avanzada, la hipertensión, la diabetes y los SCA.

Los mecanismos causantes de la disfunción renal en la IC crónica son distintos a los de la IC aguda. Hay una situación de perfusión renal reducida continuada que incide sobre una lesión macro y microvascular renal. Sin embargo, en el estudio ESCAPE no se encontró correlación entre la situación hemodinámica de bajo gasto y la cifra de creatinina. La única correlación existente era con la presión auricular derecha, lo que sugería que quizá la congestión renal jugaba un papel mas importante del que se pensaba.

La terapia administrada a estos pacientes puede deteriorar la función renal. La hipovolemia asociada al tratamiento diurético, la introducción precoz de bloqueadores del sistema renina-angiotensina-aldosterona y la hipotensión inducida por los fármacos pueden contribuir a la disfunción renal. La deficiencia absoluta o relativa de eritropoyetina causa un grado de anemia mayor del esperado para el grado insuficiencia renal. La administración de agentes que estimulan la eritropoyesis mejora la función cardiaca y reduce el tamaño VI y los niveles de BNP. Los diuréticos de asa y los vasodilatadores pueden participar en el desarrollo y progresión de la disfunción renal, aunque podrían ser meros marcadores que identifican a los pacientes con compromiso hemodinámico severo.

Es muy importante tener en cuenta que los grandes ensayos sobre terapias en IC crónica a excepción del MERIT-HF han excluido a los pacientes con insuficiencia renal significativa. Pese a ello, conviene minimizar los factores de riesgo de empeoramiento de la función renal y optimizar la terapia de la IC crónica.


Ronco C et al. Cardiorenal syndrome. J Am Coll Cardiol 2008;52:1527-39 [JACC][Texto completo]

Autor:JO

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