Bypass de la válvula aórtica: una alternativa mínimamente invasiva al reemplazo valvular aórtico en los pacientes con estenosis aórtica severa rechazados para la cirugía convencional
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Consiste en implantar un conducto apico-aórtico de dacron valvulado entre apex de ventrículo izquierdo y aorta torácica descendente. Puede hacerse sin bomba extracorpórea (oo-pump) mediante una minitoracotomía. No es una operación novedosa ya que se hace desde los años 60, aunque nunca se haya generalizado (se hacen unas 20 operaciones anuales). Hasta que el reemplazo valvular aórtico percutáneo llegue a la práctica clínica rutinaria, el bypass de la válvula aórtica puede permitir tratar a miles de pacientes con estenosis aórtica y alto riesgo quirúrgico que son rechazados por los cirujanos.
El procedimiento implica dos anastomosis, una a la aorta descendente y otra al apex ventricular izquierdo. El conducto apico-aórtico tiene 3 componentes: un conector apical rígido (stent) con un anillo de teflón para coser que se inserta en el apex ventricular izquierdo, una válvula porcina sin stent y un injerto de dacron.
En su estudio, Gammie et al analizan los resultados del bipass apico-aórtico en 31 pacientes con estenosis aórtica y alto riesgo para el reemplazo valvular aórtico, con una edad media de 81 años. La mortalidad perioperatoria fue del 13% (4 pacientes), aunque en los últimos 16 pacientes de la serie no se registró ninguna muerte perioperatoria. Hubo un ictus perioperatorio debido a hipotensión intraoperatoria. La función VI no se comprometió por la inserción en la punta VI del conducto apicoaórtico.
Se está diseñando un estudio aleatorizado que asignará al azar a pacientes con estenosis aórtica severa y riesgo quirúrgico moderado-alto a cirugía de reemplazo valvular convencional o a bipass apico-aórtico.
Los autores creen que el bypass apico-aórtico probablemente competirá en el futuro directamente con el reemplazo valvular percutáneo ya que tiene ciertas ventajas sobre este: permite el uso de una amplia gama de tamaños y tipos de prótesis, ha demostrado ya su eficacia a largo plazo y durabilidad, tiene menor riesgo de ictus periprocedimiento y a largo plazo, no entraña riesgo de bloqueo AV completo y no conlleva el riesgo de leak paravalvular.
Los investigadores del reemplazo valvular aórtico percutáneo creen útil el conducto apico-aórtico en los pacientes remitidos para reemplazo percutáneo que son inelegibles para el procedimiento. El bypass apico-aórtico es considerado por ellos un procedimiento complejo, con una elevada tasa de complicaciones periprocedimiento y del que existen pocos datos sobre su eficacia a largo plazo.
Gammie JS, Krowsoski LS, Brown JM, et al. Aortic valve bypass surgery. Midterm clinical outcomes in a high-risk aortic stenosis population. Circulation 2008: DOI:10.1161/CIRCULATIONAHA.108.790030. Disponible en: http://circ.ahajournals.org
Autor: JO