Riesgo cardiovascular de la tensión arterial normal-alta (131-139/85-89 mm Hg)
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Los investigadores del Framingham Heart Study han encontrado una correlación entre los distintos niveles de tensión arterial (TA) normal y la tasa de eventos cardiovasculares durante el seguimiento a largo plazo (hasta 12 años) de una cohorte amplia de los individuos originales y de los participantes en el Framingham Offspring Study. Se estratificó a los pacientes en función de su TA óptima, normal o normal-alta. Los resultados indican que la TA normal-alta supone un riesgo significativo, especialmente en varones ancianos y mujeres.
En este estudio observacional se incluyeron un total de 6859 pacientes. Siguiendo los criterios del JNC VI y de la WHO-ISH, se definió como TA óptima los valores inferiores a 120/80; como TA normal los valores entre 120-129/80-84; y como TA normal-alta los valores entre 131-139/85-89 mm Hg. Se definió la hipertensión como una TA >140/90 o el uso de terapia antihipertensiva. El end point primario era el tiempo transcurrido hasta producirse una muerte cardiovascular, un infarto de miocardio, un ictus o una insuficiencia cardiaca, durante el periodo de seguimiento de 11 a 12 años. En condiciones basales, un tercio de la cohorte tenía TA normal, una cuarta parte tenía TA normal-alta y el resto tenía niveles óptimos de TA. Los individuos con TA normal-alta eran de mayor edad, tenían niveles mas altos de colesterol y un IMC mayor que las personas con TA óptima.
Se documentaron 397 eventos cardiovasculares, de los que aproximadamente la mitad fueron infartos de miocardio. Se produjo un riesgo creciente de eventos cardiovasculares en las categorías de TA media y mas elevada. En personas <65 años con TA normal-alta, la incidencia acumulativa a los 10 años de eventos cardiovasculares fue de solamente un 4% en mujeres y un 8% en varones. En contraste, en las personas de 65 a 90 años, las tasas de eventos fueron del 18% en mujeres y del 25% en varones (es decir, 3 a 4 veces mayores), confirmando que la edad avanzada sumada a una TA normal-alta es una combinación particularmente letal. En comparación con la TA óptima, la cohorte con TA normal-alta tenía una ratio de riesgo ajustada de 2.5 en mujeres y de 1.6 en varones. La cohorte de TA normal tenía una ratio de riesgo ajustada de 1.5 en mujeres y de 1.3 en varones.
Vasan y cols estimaron que el número de pacientes a tratar para prevenir un evento cardiovascular en personas ancianas con TA normal-alta oscilaba entre 24 y 71 en varones y entre 34 y 102 en mujeres, cifras sustancialmente mayores que en las personas mas jóvenes.
Los datos del NHANES III y de otros estudios indican que la prevalencia de la TA normal-alta en los Estados Unidos es similar a la de la hipertensión leve. Por tanto, estos hallazgos indican un riesgo cardiovascular continúo y aumentado en las tres cohortes no hipertensas, mayor en varones que en mujeres. La tasa absoluta de eventos a los 10 años en las personas ancianas era >20% en varones y próxima al 20% en mujeres, alcanzando los criterios de riesgo moderado a alto para intervención en prevención primaria.
Vasan y cols abogan por la realización de ensayos clínicos para investigar si el tratamiento farmacológico de la TA normal-alta reduce los eventos cardiovasculares. Además destacan que el riesgo de la cohorte de TA normal-alta puede no relacionarse solo con los niveles de la TA, ya que otros estudios han encontrado en estas personas un aumento del IMT carotídeo y anomalías de la función diastólica VI.
Vasan RS et al. Impact of high-normal blood pressure on the risk of cardiovascular disease. N Engl J Med 2001;345:1291-1297.
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