Hiperlipidemias: primero dieta y luego medicación
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La intervención dietética intensiva puede reducir en aproximadamente un 30% el colesterol total y el LDL-colesterol. Jenkins y cols, en un estudio publicado recientemente en la revista JAMA, demuestran que la terapia dietética intensiva a base de esteroles vegetales, proteina de soja, fibra soluble y almendras) es tan efectiva en reducir los niveles de colesterol como la dosis inicial de una estatina (lovastatina 20mg/día) asociada a una dieta pobre en grasas saturadas. Estos resultados son muy importantes debido al coste y posibles efectos secundarios de las estatinas.
Si estos resultados se confirman en otros estudios, sus implicaciones pueden ser trascendentes para un gran número de pacientes con dislipemia motivados y dispuestos a seguir dietas que sean tan efectivas como los fármacos.
La intolerancia a las estatinas, manifestada a menudo como molestias musculoesqueléticas inespecíficas sin alteraciones de la CPK sérica, es un motivo frecuente de remisión del pacientes a una clínica especializada en lípidos. La miositis y la rabdomiolisis por estatinas son infrecuentes. Los pacientes que no toleran las estatinas, especialmente los que tienen un LDL-c superior a 200 mg% necesitan una terapia dietética intensiva. Los ancianos preocupados por los costes de las estatinas o los pacientes que prefieren una terapia no farmacológica también son particularmente receptivos a una terapia dietética intensiva.
La terapia dietética intensiva requiere la adición de proteína de soja, fibras viscosas solubles y esteroles vegetales a una dieta pobre en grasas saturadas, ácidos grasos trans y colesterol. Las dietas ricas en fibra y pobres en grasa reducen el LDL-c en un 16%, por lo que se necesitan medidas complementarias para conseguir reducciones del LDL-c del orden del 30%. La incorporación de 3 a 6 gramos de fibra soluble de cereal o psyllium puede reducir los niveles de LDL-c en un 7% adicional. La inclusión de 2 a 3 gramos/día de esteroles vegetales en el régimen puede reducir el LDL-c otro 10 a 15%. El psyllium y los esteroles vegetales se venden en cápsulas gelatinosas y la fibra soluble en forma de cereales de sabor agradable.
De todos los nutrientes hipocolesterolemiantes, la proteína de soja es el mas efectivo. Reduce de forma importante los niveles de LDL.c y triglicéridos, aumenta ligeramente el HDL-c y disminuye las partículas LDL densas y pequeñas. Además (junto a sus isoflavonas) mejora la reactividad vascular, reduce la oxidación del LDL-c y disminuye los niveles de homocisteína y de proteína C reactiva. Parece que estas acciones beneficiosas la ejercen unos péptidos bioactivos que se absorben tras hidrolizarse la proteína de la soja en la luz intestinal.
Antes de que se recomiende de forma generalizada esta dieta de proteina de soja, fibra soluble, esteroles vegetales y almendras y pobre en grasas saturadas, ácidos grasos trans y colesterol, deben hacerse estudios en grupos de pacientes mas amplios y seguidos durante mas tiempo y se precisa facilitar el modo de consumir todos estos productos fácilmente para fomentar la adherencia a esta dieta. Lo que no parece ser problemático es el coste de esta dieta, sin duda mas barata que la dieta habitual.
No hay que olvidar, por último, la necesidad de reducir el peso si se tiene sobrepeso u obesidad hasta un ÍMC de 25 o menor y de hacer 30 a 60 minutos de ejercicio físico diario.
El tratamiento dietético es un componente esencial de la terapia de las hiperlipidemias, aunque la adherencia a una dieta estricta e intensiva requiere un paciente motivado y animado por su médico y quizá la ayuda de un experto en nutrición. Para la mayoría de los pacientes con hiperlipidemia, la dieta debe ser la primera linea de terapia (durante 6 a 12 semanas) antes de introducir la terapia farmacológica.
Anderson JW. Diet first, then medication for hypercholesterolemia. JAMA 2003;290:531-2.
[PubMed]
Jenkins DJ et al. Effects of a dietary portfolio vs lovastatin on serum lipids and C-reactive protein. JAMA 2003;290:502-10.
[PubMed]