¿Tienen los nuevos fármacos antihipertensivos efectos beneficiosos cardiovasculares adicionales a los derivados de la simple reducción de la TA?
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Staessen y cols, en un artículo publicado en Lancet, examinan la cuestión de si la terapia farmacológica específica de la hipertensión tiene efectos saludables que van mas allá de los de la reducción de la TA. Se trata de un nuevo metaanálisis de fármacos antihipertensivos realizado en Bélgica. Los datos se refieren a HTA sistólica en pacientes de edad media y ancianos.
Se realizaron dos tipos de análisis diferentes. Uno comparó los resultados en estudios que usaron fármacos "antiguos" como diuréticos y betabloqueantes con los de estudios que usan fármacos nuevos como calcioantagonistas, inhibidores ECA y alfa bloqueantes. Se incluyeron 11 estudios. El segundo tipo de análisis consistió en examinar si la efectividad en reducir eventos se debía en parte a las acciones no hipotensoras de una determinada clase de terapia.
En este metaanálisis se incluyeron un total de 27 estudios, que compararon cada uno de los fármacos antiguos y de los nuevos. Estos estudios incluían a mas de 33.000 pacientes asignados al azar a fármacos antiguos y 20.000 asignados a fármacos nuevos.
Los resultados podemos sumarizarlos en varios puntos: 1) Los nuevos fármacos antihipertensivos (CaAntag, IECAs) eran tan efectivos como los antiguos (diuréticos, betabloqueantes) en la prevención de la muerte cardiovascular, el ictus y el infarto fatal y no fatal; 2) Los pacientes asignados a diuréticos y betabloqueantes tenían resultados similares que los que recibían tratamiento inicial con CaAntag e IECAs; 3) El riesgo global de ictus se reducía con los CaAntag, pero los CaAntag aumentaban el riesgo de infarto de miocardio; 4) En un análisis del grado de reducción de la TA y su efecto sobre los end points cardiovasculares, se detectó una reducción de eventos directamente proporcional a las gradaciones de la TA. Por tanto, las diferencias de TA durante el seguimiento explicaban todas las diferencias en eventos entre los diferentes tratamientos. Staessen y cols. concluyen que "los resultados de los estudios de fármacos antihipertensivos pueden explicarse por las diferencias de TA entre los grupos randomizados"; 5) Todos los fármacos antihipertensivos tienen una eficacia y un perfil de seguridad similares a largo plazo; 6) Este análisis no pudo confirmar que las acciones no hipotensoras de los distintos fármacos sean de importancia en influenciar los end points cardiovasculares mas allá del grado real de descenso de la TA; cuando mas se disminuye la TA, mas se reducen las complicaciones cardiovasculares.
Staessen y cols señalan que esta relación ya se ha demostrado con anterioridad en la hipertensión sistólica aislada, con reducciones sustanciales de las tasas de ictus e infarto de miocardio atribuibles a diferencias relativamente modestas en la reducción de la TA entre los grupos. Incluso tras el ajuste según la TA basal, las conclusiones siguen siendo las mismas. El análisis sugiere que combinando todos los resultados, una diferencia de 5 mm Hg en la tensión sistólica es clínicamente importante. Además, "todos los posibles beneficios " del tratamiento se observaron con gradientes o diferencias de TA sistólica de aproximadamente 15 mm Hg (sin embargo, este grado de diferencia de TA se consiguió solo en un 4% de los pacientes en el análisis completo).
Staessen y cols comentan el estudio HOPE y la hipótesis de estos y otros investigadores de que los beneficios del ramipril no se relacionaban con la reducción de la TA; existía una diferencia de 3.3 mm Hg en la TA sistólica entre los grupos de ramipril y placebo en el HOPE. Concluyen que la reducción de la TA per se puede explicar la mayor parte de los beneficios del estudio HOPE en los pacientes tratados con ramipril. En resumen, las conclsioes de este "análisis cuantitativo" de muchos miles de pacientes sugiere que los CaAntag y los IECAs son igual de efectivos que los diuréticos y betabloqueantes en reducir los múltiples eventos cardiovasculares fatales y no fatales y ofrecen una protección similar.. Los CaAntag parecen reducir el riesgo de ictus mas que los otros fármacos pero proporcionan una menor protección contra el infarto de miocardio. En dos metaanálisis recientemente publicados de terapia de la hipertensión con CaAntag se ha llegado a las mismas conclusiones. Staessen y cols. destacan que este análisis enfatiza "la necesidad de controlar la TA" y que la hipótesis de que una determinada clase de fármacos tiene acciones clínicamente relevantes mas allá de la reducción de la TA sigue sin probarse.
Staessen JA et al. Cardiovascular protection and blood pressure reduction: a meta-analysis. Lancet 2001;358:1305-1315.
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