Cada vez es más sólida la evidencia de que existe una estrecha relación entre las alteraciones del sistema nervioso autónomo y la mortalidad por infarto de miocardio, súbita y no súbita. La mayoría de los estudios efectuados hasta la fecha se han realizado en pacientes con cardiopatía conocida. El estudio de Jouvent es el primero realizado en varones sanos.

El Paris Prospective Study incluyó a 5713 varones de 42 a 53 años activos laboralmente y sin cardiopatía conocida. Se midió la frecuencia cardiaca en reposo, el aumento de frecuencia cardiaca desde el reposo al pico de ejercicio y la disminución de la frecuencia cardiaca desde el pico de ejercicio hasta un minuto despues de la terminación del ejercicio. El seguimiento medio fue de 23 años, durante el que fallecieron súbitamente 81 pacientes.

El riesgo de muerte súbita por infarto de miocardio fue mayor en los individuos con frecuencia en reposo mayor de 75 lpm, en los que el aumento de frecuencia con el ejercicio no superó los 89 lpm y en aquellos en que la frecuencia disminuyó menos de 25 lpm tras un minuto de reposo (odds ratios de 3.46, 3.98 y 2.06, respectivamente, en el análisis multivariado). Estos tres factores se asociaron también con un aumento moderado significativo del riesgo de mortalidad total.

Estos datos avalan el concepto de que la detección precoz de alteraciones del sistema nervioso autónomo puede contribuir a la identificación de personas con riesgo incrementado de muerte súbita. En estas personas se podría testar el efecto beneficioso de una posible corrección de estas alteraciones mediante un programa de entrenamiento físico. Los autores no aconsejan por el momento que se chequee sistemáticamente el perfil de la frecuencia cardiaca con el esfuerzo.

Jouven X et al. Heart-rate profile during exercise as a predictor of sudden death. N Engl J Med 2005;352:1951-58.
[ PubMed ]