Con los datos de que disponemos sobre el DAE, son muchos los médicos que declinan prescribir un DAE o dejar de prescribirlo.

Los panelistas de la FDA se plantean el riesgo potencial de que los pacientes ignoren los signos de aviso de ataque cardiaco por la falsa sensación de seguridad que puede proporcionar el disponer de un DAE. También meditan sobre si la gente sin formación médica alguna sabrá usar de forma efectiva el DAE y si la existencia de 2 juegos de parches (pediátrico y de adultos) puede inducir a la confusión.

El desfibrilador mide los latidos cardiacos y en caso de detectar un ritmo cardiaco normal no libera el choque. El dispositivo da instrucciones orales a los usuarios. La AHA y la Cruz Roja son partidarias de su venta liberalizada.

Los datos presentados por Philips sobre el uso del DAE en aviones de American Airlines y en los aeropuertos de Chicago demuestran que el DAE salva vidas. Parece imponerse la idea de que se deben eliminar las restricciones actuales a su uso al tiempo que se necesita hacer un esfuerzo importante por informar al público sobre su funcionamiento y utilidad.

La compañía Philips se propone conseguir que los desfibriladores domésticos sean tan comunes como las alarmas y los extintores de incendios. La liberalización de su prescipción es importante ya que elimina la necesidad del seguro que cubra los riesgo derivados de su uso inadecuado. El HeartStart cuesta unos 2000 dólares.

Fuente. The heart.org