Tratamiento actual de la pericarditis constrictiva
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Las causas mas comunes de constricción son la pericarditis isiopática, el traumatismo cardiaco (incluyendo la cirugía cardiaca), la radioterapia mediastínica y la tuberculosis. |
En los pacientes asintomáticos se debe hacer una ergometría (si es posible con consumo máximo de oxígeno), una valoración cuidadosa de la presión venosa yugular y unas prebas de función hepática. |
La existencia de una marcada variación respiratoria de las ondas de velocidad de flujo trasvalvular y venoso con el Doppler pulsado es de gran importancia diagnóstica. Esta variación que no se observa en la miocardiopatía restrictiva. |
La pericardiectomía no está indicada ni en la pericarditis constrictiva oculta (clase funcional I) ni en los estadios avanzados de la enfermedad (clase funcional IV). |
La mejoría sintomática y la normalización de las presiones intracardiacas puede demorarse varios meses tras la pericardiectomía. |
Prevalencia y etiología
Aunque la pericarditis constrictiva crónica es cada vez menos frecuente, la pericarditis constrictiva subaguda es cada vez mas frecuente. Las causas mas comunes de constricción son la pericarditis isiopática, el traumatismo cardiaco (incluyendo la cirugía cardiaca), la radioterapia mediastínica, la tuberculosis y otras enfermedades infecciosas. La pericarditis aguda de cualquier etiología puede evolucionar hacia la constricción. La pericarditis constrictiva tras la cirugía cardiaca es una causa importante aunque relativamente infrecuente de constricción, con una incidencia de 0.2%.
Evaluación clínica del paciente con constricción
En los pacientes asintomáticos se debe hacer una ergometría (si es posible con consumo máximo de oxígeno), una valoración cuidadosa de la presión venosa yugular y unas prebas de función hepática. La presencia de una presión venosa yugular elevada, la necesidad de tratamiento diurético, la existencia de insuficiencia hepática o de una tolerancia reducida al ejercicio indica la necesidad de cirugía.
Eco Doppler y otras pruebas diagnósticas
En el ecocardiograma se observa un aplanamiento de la pared endocárdica VI posterior, un movimiento septal anormal, la apertura prematura de la válvula pulmonar y una dilatación de las aurículas. Estos hallazgos, aunque inespecíficos, son bastante útiles en el diagnóstico. De gran importancia diagnóstica es la existencia de una marcada variación respiratoria de las ondas de velocidad de flujo trasvalvular y venoso (variación que no se observa en la miocardiopatía restrictiva).
El doppler tisular. el eco M modo color y los gradientes de velocidad miocárdica de la pared VI posterior durante la diástole permiten distinguir también entre constricción y miocardiopatía restrictiva. La importancia diagnóstica adicional de estos nuevos métodos tiene que ser evaluada, aunque son de gran utilidad cuando los cambios respiratorios del flujo transvalvular y venoso son equívocos. Además, los pacientes con constricción y restricción, obesidad marcada y EPOC pueden exhibir estas variaciones respiratorias. Por tanto, aunque el eco Doppler es una técnica útil, la diferenciación entre constricción y restricción puede requerir en ocasiones estudios adicionales (TAC, RMN) e incluso inspección quirúrgica .
Indicaciones de la pericardiectomía
La pericardiectomía es el tratamiento definitivo de la constricción, aunque no está indicada ni en la pericarditis constrictiva oculta (clase funcional I) ni en los estadios avanzados de la enfermedad (clase funcional IV),en los que el riesgo de la cirugía es excesivo (mortalidad del 30-40%). La constricción puede ser transitoria y durar solo semanas o meses en pacientes que se están recuperando de una pericarditis aguda con derrame; en estos casos, debe posponerse la pericardiectomía hasta que esté claro que la constricción no es transitoria.
La mejoría sintomática y la normalización de las presiones intracardiacas puede demorarse varios meses tras la pericardiectomía, pero ocurre mas pronto si se opera al paciente antes de que la enfermedad sea demasiado severa y crónica y si se hace una pericardiectomía completa. A pesar de que actualmente la mortalidad operatoria es menor, la supervivencia a largo plazo tras la cirugía es peor que en tiempos pasados. El pronóstico a largo plazo es peor en pacientes de edad avanzada, con clase NYHA IV y con una etiología posradioterapia.
La pericardiectomía, por esternotomía media o toracotomía, tiene una mortalidad operatoria entre el 6% y el 19%. La existencia de calcificación extensa y de afectación del pericardio visceral aumenta el riesgo operatorio. Tras la decorticación pericárdica puede existir una disfunción sistólica VI, que generalmente suele resolverse en el plazo de varios meses. En pacientes muy seleccionados, puede considerarse el trasplante cardiaco.
Tratamiento médico y prevención
El tratamiento médico (con AINEs, esteroides, tuberculostáticos...) puede resolver en algunos casos la constricción. Los diuréticos eliminan los edemas y la ascitis. La digoxina es útil en pacientes con fibrilación auricular.
La prevención de la pericarditis constrictiva se basa en aplicar el tratamiento apropiado en los pacientes con pericarditis aguda y drenar adecuadamente el pericardio. Aunque la instilación de fibrinolíticos en el pericardio puede ser efectiva, no sucede lo mismo con los corticoides, que suelen ser inefectivos.
Hoit BD. Management of effusive and constrictive pericardial heart disease. Circulation 2002;105:2939-42.
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