Nuevos datos sobre el riesgo de trombosis tardía con los stent recubiertos Cypher y Taxus
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El metaanálisis de Camenzind y cols analiza todos los estudios publicados o presentados sobre stents de sirolimus (Cypher) y de paclitaxel (Taxus) versus stents no recubiertos. Las tasas de mortalidad o infarto Q a los 8 meses, al año, a los 2 años y a los 3 años fueron significativamente mas altas (un 30 a 40% mas altas) en pacientes tratados stents de sirolimus Cypher que con stents no recubiertos. Una tendencia no significativa similar se observó con el stent de paclitaxel Taxus, aunque en este caso el incremento de la tasa solo fue del 5% a los 3 años. Los investigadores concluyen que la tasa de muerte o infarto Q (posiblemente debidas a trombosis del stent) son mas altas con los stents recubiertos de primera generación que con los stents no recubiertos. El exceso de eventos ocurre con los dos tipos de stents recubiertos, aunque parece mayor con el de sirolimus. Parece obvio en opinión de los investigadores que se precisa reanalizar cuidadosamente el balance riesgo/beneficio de este tipo de stents.
El metaanálisis de Nordman y cols analizó los datos de 17 estudios con stents Cypher o Taxus. La mortalidad total al año fue menor (sin significación estadística) con los stents recubiertos, pero la mortalidad total a los 2, 3 y 4 años fue mayor con los stents recubiertos que con los convencionales (aunque sin alcanzar la diferencia significación estadística). No hubo diferencias en la mortalidad cardiaca, pero sorprendentemente en los pacientes con stent Cypher se observó un aumento significativo de la mortalidad por causas no cardicas (cáncer, ictus o neumopatía).
Es obvio que los datos de los registros deben arrojar luz sobre estos temas. Se impone revisar minuciosamente los resultados de los stents recubiertos y posiblemente en opinión de algunos expertos el papel de la ICP en los pacientes con enfermedad coronaria estable. Necesitamos nuevas generaciones de stents recubiertos que controlen la reestenosis sin abolir totalmente el proceso de cicatrización y endotelización de la arteria.
Wenaweser y cols examinaron la incidencia de trombosis precoz y tardía de los stents recubiertos en los registros SIRTAX (Berna) y RESEARCH (Rotterdam) entre 2002 y 2005. Los pacientes fueron tratados con clopidogrel entre 3 y 6 meses en Berna y entre 3 y 12 meses en Rotterdam. Ocurrieron 152 trombosis de stent recubiertos en 8146 pacientes, con una incidencia acumulada de 1.3 por 100 pacientes-año. La tasa de trombosis del stent recubierto fue de 1.2% a los 30 días, 1.7% al año, 2.3% a los 2 años y 2.9% a los 3 años, detectándose por tanto un aumento casi lineal de 0.6% año entre los 30 días y los 3 años. Estos datos avalarían prolongar la duración del tratamiento con clopidogrel.
La trombosis tardía del stent recubierto existe y hay que enfrentarla pero no es un problema terrorífico. Hay que tener presente que los stents no recubiertos no se usan en los casos difíciles que se usan los stents recubiertos, por lo que las comparaciones son poco ortodoxas. Es probable que la tasa de trombosis tardía deje de ascender a partir del segundo año. Finalmente, no se dispone de datos similares con los stents no recubiertos. Lo que interesa es si ambos tipos de stents se comportan de forma diferente al respecto.
World Congress of Cardiology; September 4, 2006; Barcelona, Spain.