Esta recomendación se basa en la evidencia aportada por dos nuevos estudios aleatorizados publicados el año pasado en la revista New England Journal of Medicine que demostraban que la hipotermia versus la normotermia mejoraba la recuperación neurológica tras la parada cardiaca.

En el estudio HACA (Hypothermia After Cardiac Arrest), la hipotermia aumentaba de 26% a 49% el porcentaje de pacientes reanimados que podían ser dados de alta a su domicilio o a un centro de rehabilitación. En el estudio australiano, Bernard y cols encontraron que la tasa de pacientes recuperados o con incapacidad moderada tras una parada se elevaba de 39% a 51% con la hipotermia.

La Task Force reconoce que queda por definir cual es el mejor método para enfriar a los pacientes, durante cuanto tiempo hay que hacerlo y hasta que temperaturas. Esta terapia no debe aplicarse a los pacientes con shock cardiogénico severo, arritmias potencialmente letales, enfermas embarazadas o pacientes afectas de una coagulopatía primaria. La hipotermia puede producir como efectos adversos arritmias, infecciones y coagulopatía.

Nolan JP, Morley PT, Vanden Hoek TL, et al. Therapeutic hypothermia after cardiac arrest: An advisory statement by the advanced life support task force of the International Liaison Committee on Resuscitation. Circulation 2003 Jul 8; 108(1):118-21.

The hypothermia after cardiac arrest study group. Mild therapeutic hypothermia to improve the neurologic outcome after cardiac arrest. N Engl J Med 2002 Feb 21; 346(8):549-56.

Bernard SA, Gray TW, Buist MD, et al. Treatment of comatose survivors of out-of-hospital cardiac arrest with induced hypothermia. N Engl J Med 2002 Feb 21; 346(8):557-563.