El diagnóstico de insuficiencia cardiaca se sospecha en el paciente con factores de riesgo (cardiopatía causal, HTA..), que presenta síntomas y signos sugestivos de ICC (disnea, ortopnes, estertores pulmonares...). El ECG y la radiografía de torax aportan datos (hipertrofia ventricular, ondas Q de necrosis, cardiomegalia, lineas B de Kerley...) que suelen reforzar nuestra sospecha diagnóstica. El ecocardiograma, que permite el diagnóstico de disfunción sistólica y/o diastólica ventricular izquierda y de valvulopatía, confirma el diagnóstico. En todos los pacientes con insuficiencia cardiaca debe hacerse un ecocardiograma en el momento del diagnóstico. En un futuro muy próximo se espera que la medición del nivel sérico del péptido natriurético cerebral nos confirme o nos descarte el diagnóstico de insuficiencia cardiaca con bastante fiabilidad. La analítica nos sirve para despistar posibles factores precipitantes de insuficiencia cardiaca (anemia, leucocitosis sugestiva de infección...).
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