La detección del riesgo de muerte súbita (MS) mediante el uso rutinario del electrocardiograma (ECG) en adolescentes que practican deporte de competición representa un tema de controversia en el actualidad.  Ello es debido a: 1) no se conoce la forma exacta de identificar a estor pacientes, 2) existen importantes diferencias inter-observador en la interpretación del ECG y 3) el impacto psicológico en los falsos positivos.

Probablemente unos de los artículos más importantes en este campo sea el documento de consenso de la American Heart Association y la American College of Cardiology publicado en el año 2014. En este documento se recomienda realizar cribado de MS a todo los jóvenes, no sólo los que practican deporte. El mismo documento sostiene que no está justificada la realización de ECG de forma generalizada dado el alto índice de falsos positivos y, por otro lado, la baja prevalencia de muerte súbita en pacientes con alteraciones en el ECG. Por tanto queda éste relegado a un grupo específico de pacientes de riesgo seleccionados a partir de la historia clínica y la exploración física. Posterior a la publicación de este documento Dunn y colaboradores llevaron a cabo un trabajo (Clin J Sport Med 2015) que incluyó a casi 1600 deportistas. Los autores utilizaron las recomendaciones de la guías anteriormente citadas y encontraron que 1 de cada 4 jóvenes tenía al menos una respuesta positiva en la historia personal o familiar (síncope inexplicado, dolor torácico o disnea con el ejercicio), pero ninguno de ellos presentaba una condición clínica patológica ni se recogió ningún evento adverso. Apoyados en estos hallazgos los autores defienden la revisión del documento de consenso de la AHA puesto que los signos o síntomas de alarma de la historia clínica no identifican tampoco a los pacientes con riesgo de muerte súbita.

En relación a la interpretación del ECG se han publicado varios trabajos en los últimos 5 años en los que se compara la lectura interprofesional; Por ejemplo entre cardiólogos del deporte, cardiólogos electrofisiólogos y médicos deportistas (Brosnan y cols, Heart Rhythm, 2015) encontrando importantes desacuerdos en la interpretación. Con el fin de reducir estas diferencias se han desarrollado aplicaciones para “smartphones”. Así Haberman y cols (J Cardiovasc Electrophysiol, 2015) observan que este método puede tener una sensibilidad y una especificidad de casi el 94%. Por tanto podrían ser una herramienta de utilidad práctica a pesar de que a día de hoy no existe ninguna validada para este fin.

Por otro lado, uno de los argumentos de más peso en contra a la utilización del ECG en el cribado es el potencial efecto psicológico que tiene un falso positivo en esos jóvenes y que puede llegar a ser de casi el 23%.

Conclusión: Teniendo en cuenta estos hallazgos, a pesar del consenso americano recientemente publicado siguen existiendo importantes dudas sobre cómo identificar el riesgo de muerte súbita entre los jóvenes deportistas. El debate se mantiene abierto.

Referencia: Dubin AM. Screening ECGs for young competitive athletes: it is complicated. Curr Opin Pediatr. 2015, 27: 604-608. [Pub Med] [Texto completo]

Autora: Sonia Marcos Alonso