Algunos trabajos publicados en la última década han mostrado que aproximadamente el 1% de los cardiomiocitos se regeneran al año en el corazón de un adulto (Bergmann, Science, 2009 y Kajstura, Circulation, 2012).

Distintos estudios llevados a cabo en pacientes con miocardiopatía dilatada o intervenidos de un origen anómalo de la arteria coronaria descendente anterior de la arteria pulmonar han mostrado que el corazón de los niños tiene incluso mayor capacidad regenerativa que la de los adultos. Otro dato que apoya la evidencia de la regeneración cardiaca en niños pequeños se observa en el corazón univentricular. Tras la cirugía paliativa tipo Glenn (conexión cavopulmonar parcial), llevada a cabo entre los 4-6 meses de vida se consigue disminuir la precarga del corazón y los parámetros ventriculares cambian, aumenta la fracción de eyección y disminuye el volumen telediastólico ventricular, hechos que se acompañan de una mejoría en el crecimiento somático del niño. También, se ha observado que existe regeneración celular en los corazones de los niños con transposición corregida de las grandes arterias a los que se les coloca un cerclaje pulmonar con el propósito de “entrenar” al ventrículo subpulmonar, que en esta cardiopatía es el izquierdo, previo a la corrección quirúrgica. En los niños menores de 1 año, se ha observado cómo el ventrículo es capaz de incluso duplicar su masa.
Sin embargo, la capacidad regenerativa innata del corazón no resulta suficiente para compensar la pérdida de cardiomiocitos en algunas patologías. En el año 2010 comienzan a publicarse los primeros resultados de la terapia celular intracoronaria en niños. Se han utilizado células mononucleares de médula ósea, otras obtenidas a partir de aféresis de leucocitos y células mesenquimales. No obstante, debido a los requerimientos técnicos, los riesgos y los posibles conflictos éticos, actualmente tan sólo se dispone de series de casos en la edad pediátrica. La mayoría de los niños que han recibido el tratamiento se encontraban en situación grave, hecho que se sustenta en que muchos de ellos fallecieron o recibieron un trasplante cardiaco. A pesar de que todos los niños que sobrevivieron a la terapia celular sin trasplante cardiaco presentaron un aumento de la fracción de eyección y una mejoría de la capacidad funcional, el resultado de esta terapia debe interpretarse con cautela dado que las características de los pacientes, incluyendo las causas de la miocardiopatía son heterogéneas. Resulta necesario llevar a cabo estudios randomizados para evaluar el posible efecto beneficioso de la terapia celular en niños sobre la regeneración cadiaca.  

Referencia: Rupp S, Schranz D. Cardiac regeneration in children. Pediatr Cardiol. 2015 36: 713-718 [Pub Med] [Texto completo]

Autor: Sonia Marcos Alonso.