En España se ha regulado su uso, impidiéndolo en muchos lugares públicos (hospitales, colegios, aviones, trenes…) y dejando discrecionalidad para su uso en hostelería.
Los autores de la revisión alertan de varios aspectos que interesa conocer:
– Muchos usuarios lo utilizan por el deseo de dejar de fumar (no está claro si son mejores que otras estrategias de reemplazo de nicotina disponibles hace tiempo), mientras que en otros existe un uso dual que para permitirles sortear las leyes relacionadas con los espacios libres de humo.
– Empieza a observarse en población joven un patrón de inicio en el consumo de nicotina a través de estos productos.
– El contenido del «vapor» contiene muchos menos elementos tóxicos y en menor cantidad que el humo del tabaco, pero, aunque aún la información es escasa, está lejos de ser sólo «vapor de agua inofensivo» y su efecto sobre la salud pendiente de ser evaluado.
– La progresiva introducción del cigarrillo sin humo puede resultar en un disminución, a través de diferentes mecanismos, de la eficacia de las políticas vigentes de espacios libres de humo.
Referencias:
Grana R, Benowitz N, Glantz SA. E-Cigarettes. A Scientific Review. Circulation 2014;129:1972-1986 [Pub Med] [Texto completo]
Autor:
Javier Muñiz