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Factores de riesgo en la población. En EE.UU. unas cosas mejoran… y otras no

El NHANES es un estudio transversal en una muestra probabilística de la población de EE.UU. que se realiza cada cierto tiempo desde los años sesenta. Permite estimar la situación de las variables medidas en la población general del país. Desde 1999 se ha convertido en un estudio en el que se está realizando trabajo de campo y recogida de información de manera continua y que pone a disposición de los investigadores las bases de datos con una periodicidad bienal. Esto permite vigilar de manera cercana la evolución poblacional de las condiciones estudiadas en los diferentes cortes transversales.

Es una fuente constante de información en lo que se refiere a la situación poblacional de factores de riesgo cardiovascular (y otras condiciones) y de evolución de la situación de estas condiciones en la población a lo largo del tiempo.

Ahora se han publicado los resultados de la evolución de los niveles de lípidos en la población de EE.UU. entre 1988 y 2010.1 En resumen, en 2010 la media de colesterol total en la población es 10 mg/dL más baja que en 1988, la de LDL-colesterol 13 mg/dL más baja y la de HDL-colesterol 2 mg/dL más alta. Todos los cambios en el sentido deseado. Estas reducciones, aunque puedan parecer pequeñas consideradas desde el punto de vista clínico y a título individual, tienen un impacto potencial enorme en la prevención de eventos cardiovasculares. No es del nivel individual de lo que estamos hablando sino de reducir los valores de colesterol en el conjunto de la población. Parte de la reducción, según los autores, debida a un mayor tratamiento de los individuos con cifras altas (aumento del uso de estatinas) y parte debida a cambios de hábitos en la población (cambios en la alimentación y ejercicio físico). Estos cambios poblacionales son de efecto preventivo más radical (en el sentido de que van a la raiz) y con un enorme potencial preventivo desde el punto de vista poblacional.2

Pero no todo son buenas noticias. A principios de este año, la misma revista y utilizando la misma (o similar) fuente de datos informó de una evolución negativa del índice de masa corporal en EE.UU. que se traducía en un aumento en la prevalencia de obesidad.3 Así, en el corte de 2009-2010, la prevalencia ajustada por edad de obesos y obesas era prácticamente igual (35,5% y 35,8% respectivamente): al menos uno de cada tres adultos en EE.UU. son obesos. El aumento de prevalencia respecto a años anteriores fue mayor en hombres que en mujeres, en las que apenas cambió. La única buena noticia en lo que respecta a prevalencia de obesidad es que en los últimos años parece que la velocidad con que aumenta la prevalencia se va ralentizando. Eso si, en ningún grupo de edad o sexo se ha observado una disminución de la prevalencia de obesidad. El análisis de la información disponible en España (Encuesta Nacional de Salud, por ejemplo) también muestra una evolución en el sentido no deseado de la obesidad poblacional en los últimos años.

En resumen, siendo buenas las noticias acerca de los niveles de colesterol en la población de EE.UU., no permiten relajar la voluntad de mejoras en los hábitos de la población que permitan reducir la carga que suponen los factores de riesgo cardiovascular y, eventualmente, reducir la carga que estas enfermedades suponen para la sociedad.

 

1 Carroll MD, Kit BK, Lacher DA, et al. Trends in lipids and lipoproteins in US adults, 1988-2010. JAMA 2012; 308:1545-1554.

2 Rose G. Sick individuals and sick populations. Int J Epidemiol 1985;14:32-38.

3 Flegal KM, Carroll MD, Kit BK, Ogden CL. Prevalence of obesity and trends in the distribution of body mass index among US adults, 1999-2010. JAMA 2012; 307(5):491-497.

 


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