Arritmias y electrofisiologíaNovedades
Síndrome de QT largo y deporte: ¿son incompatibles?
En pacientes con síndrome de QT largo congénito (SQTL), el ejercicio físico puede ser un desencadenante de taquiarritmias ventriculares polimorfas potencialmente mortales. Debido a ello, en general existe una tendencia a recomendarles la no participación en deportes que impliquen una cierta actividad física. La evidencia actual a favor de esta limitación es escasa y las guías existentes están basadas exclusivamente en “opiniones de expertos”. Por un lado disponemos de las guías norteamericanas de la 36ª Conferencia de Bethesda y por el otro de las elaboradas por la Sociedad Europea de Cardiología (ESC); las últimas revisiones de ambas datan ya de 2005. De manera resumida, ambas recomiendan no realizar deportes competitivos (salvo aquellos con mínima carga de esfuerzo físico, como billar, bolos, golf o tiro olímpico entre otros) en pacientes con SQTL sintomático y/o con manifestaciones electrocardiográficas y/o portadores de DAI; la principal diferencia entre ambas estriba en que las guías europeas también recomiendan la abstención deportiva en todo paciente con genotipo positivo pero fenotipo negativo, mientras que las norteamericanas lo limitan a la natación en portadores de mutación del SQTL tipo 1. Los autores del presente trabajo se propusieron determinar la tasa de eventos arrítmicos en pacientes con SQTL en función de su práctica deportiva.
Para ello realizaron un seguimiento de todos los pacientes de entre 6 y 40 años (finalmente sólo 8 tenían más de 21 años) portadores de mutación de SQTL evaluados en la Clínica Mayo en el periodo 2000-2010. En esencia, el manejo de estos pacientes en esta institución se basa en una evaluación inicial meticulosa (incluyendo electrocardiogramas repetidos, Holter ambulatorio de 24 horas, ecocardiograma, ergometría y consulta con psicólogo), estratificación del riesgo arrítmico del paciente y discusión extensa con él y su familia de todas las medidas higiénico-dietéticas y terapéuticas a seguir. En cuanto al deporte, el punto clave radica en que, aunque se respetan las recomendaciones de Bethesda como un marco general a seguir, se acepta como criterio fundamental la autonomía del paciente-familia tras estar “bien informados”.
Se incluyeron 353 pacientes (56% mujeres, edad media en el momento del diagnóstico 17±11 años, QTc 472±42 ms, 31% sintomáticos, 22% portadores de DAI), de los que 157 practicaban deporte. De estos últimos, sólo 27 escogieron cesar en su práctica deportiva tras la evaluación inicial y el resto (37% de la muestra total) continuaron con ella (todos en contra de las recomendaciones de la ESC y casi la mitad de ellos en contra de las de Bethesda). Tras un seguimiento medio de 5.5±3.4 años no hubo muertes en esta cohorte y sólo un atleta presentó dos eventos arrítmicos relacionados con el deporte, de un total de 650 atletas-año de seguimiento: se trató de un paciente de 9 años con SQTL tipo 1, QTc >490 ms, que debutó con muerte súbita recuperada y mal cumplidor del tratamiento betabloqueante en el momento de los episodios.
Los autores concluyen que, entre los pacientes con SQTL que eligen continuar realizando deporte, la tasa de eventos es tan baja (1.5‰ anual) que probablemente las limitaciones hacia la práctica deportiva establecidas en las actuales guías sean excesivas para esta enfermedad. No hay que olvidar que estamos hablando principalmente de pacientes en sus primeras dos décadas de la vida, en las que la práctica de ejercicio regular comporta indudables beneficios de todo tipo.
Este trabajo tiene evidentes limitaciones: observacional, retrospectivo, sin análisis multivariante y solo aplicable a pacientes jóvenes con SQTL (no a otras canalopatías ni grupos etarios). Sin embargo, sus resultados deben impulsar una revisión en profundidad de las recomendaciones actuales. Como dicen los propios autores, nuestro objetivo no debe ser tanto la prevención de la muerte súbita como el conseguir que nuestros pacientes vivan y prosperen a pesar de su enfermedad.
Referencias:
Johnson JN, Ackerman MJ. Return to play?. Athletes with congenital long QT síndrome. Br J Sports Med 2013;47:28-33 [Pub Med] [Texto completo]
Autor:
Ignacio Mosquera