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Existe margen de mejora en el tratamiento con estatinas tras un infarto agudo de miocardio
Aunque se ha evaluado la prescripción de estatinas tras un IAM, hasta el momento, ningún estudio ha examinado las tasas de intensificación y maximización de dosis, lo que podría ser útil para optimizar las medidas de prevención secundaria en este grupo de pacientes de alto riesgo.
En el trabajo de Arnold y su grupo de investigación se evaluaron las tasas de inicio, intensificación (en pacientes que recibían dosis submáximas de estatinas) y maximización de dosis de estatinas (definida como aquella dosis con la que se conseguía una reducción esperada de los niveles de colesterol LDL (LDL-c) ≥50%) en más de 4.000 pacientes post-IAM en 24 hospitales estadounidenses, utilizando datos del estudio TRIUMPH (Translational Research Investigating Underlying disparities in acute Myocardial infarction Patients’ Health status). De los 2.776 pacientes que no recibían tratamiento con estatinas en el momento de la admisión hospitalaria por un IAM, en el 87% de los casos se inició tratamiento con uno de estos fármacos durante la hospitalización, hecho que no supuso diferencias entre los centros participantes.
De los 1.230 pacientes que recibían dosis submáximas de estatinas, en un 36,3% de los casos se intensificó dicho tratamiento durante la hospitalización (en 195 pacientes se aumentó la dosis y en 128 se cambió a una estatina más potente), detectando en este caso una variabilidad interhospitalaria moderada. El porcentaje fue inferior, un 23%, al analizar el número de pacientes con dosis máxima tolerada de estatina previo al alta, lo que se asoció a una importante variabilidad interhospitalaria.
Se comprobó que las tasas de intensificación y maximización estaban altamente correlacionados entre hospitales (r = 0,81, P < 0,001), lo que indica que estos dos patrones de práctica clínica a menudo ocurren en paralelo. Aunque no se observaron diferencias significativas debido al pequeño tamaño muestral, los hospitales que utilizaron una terapia más agresiva eran hospitales de mayor tamaño, urbanos y universitarios.
Se identificaron muy pocos factores asociados con una mayor probabilidad de inicio del tratamiento, intensificación o maximización de dosis de estatinas. Se comprobó que en aquellos pacientes con menores niveles de LDL-c era menos probable la utilización de estas estrategias terapéuticas en el momento del alta hospitalaria, y la probabilidad de que se intensificase el tratamiento con estatinas era mayor si el paciente había sufrido un IAM con elevación del ST (RR: 1.47, IC 95 %: 1,12 a 1,92) que si el paciente había presentado un síndrome coronario agudo sin elevación del ST; lo mismo ocurrió con el alcance de dosis máximas (RR: 1.49, IC 95 %: 1,25 a 1,77). Sin embargo, no se observaron diferencias en la tasa de inicio de tratamiento con estatinas entre los pacientes con IAM con y sin elevación del ST.
Por tanto, en una cohorte multicéntrica de pacientes con IAM, casi el 90% de ellos recibieron estatinas durante la hospitalización, independientemente del hospital donde fuesen tratados. Sin embargo, la intensificación y maximización de dosis está todavía lejos de lo recomendado en las guías de práctica clínica.
Los autores destacan que no sólo es importante la administración de estatinas para la prevención secundaria de eventos cardiovasculares, sino también ajustar la dosis a la máxima tolerada, ya que esto es lo que más soporte científico tiene en la literatura. Debemos tener en cuenta que cuanto mayor dosis de estatinas tolere el paciente al alta hospitalaria, menor será la incidencia de eventos cardiovasculares futuros.
Referencía:
Arnold SV, Kosiborod M, Tang F et al. Patterns of Statin Initiation, Intensification, and Maximization Among Patients Hospitalized with an Acute Myocardial Infarction. Circulation. 2014 Feb 4. [Epub ahead of print] [Pub Med] [Texto completo]
Autor:
Dra. Elizabet Méndez Eirín