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Rosiglitazona: retirada del mercado

Rosiglitazona es una tiazolidindiona indicada en el tratamiento de segunda línea de la diabetes mellitus tipo 2 en pacientes no controlados con los tratamientos de primera línea o intolerantes a los mismos. Se encuentra disponible como monofármaco (Avandia®) y asociado a metformina (Avandamet®) o a glimepirida (Avaglim®).
Desde su autorización en Europa en el año 2000, era conocido que rosiglitazona se asocia a retención hídrica y que incrementa el riesgo de insuficiencia cardiaca. Por ello, el Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP), comité científico de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) constituido por los representantes de todas las agencias nacionales europeas, ha ido evaluando los resultados de nuevos estudios sobre sus efectos cardiovasculares y en base a ellos se han ido modificando las condiciones de autorización de los medicamentos que contienen rosiglitazona. En particular, se introdujeron en este tiempo nuevas advertencias y contraindicaciones en pacientes con enfermedades cardiacas de base (antecedentes de insuficiencia cardiaca, de cardiopatía isquémica o arteriopatía periférica). La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha ido comunicando puntualmente todos estos cambios a los profesionales sanitarios (ver notas informativas 2007/08; 2008/02 y 2010/08).
Tal como se anunció en la nota informativa emitida el 22 de julio pasado por la AEMPS ( NI 2010/08), el CHMP ha procedido a una nueva evaluación de todos los datos disponibles sobre su riesgo cardiovascular.
Esta re-evaluación, que ha finalizado hoy, 23 de septiembre de 2010, estuvo motivada por la publicación de nuevos estudios en los que gana consistencia el hallazgo de un ligero incremento de riesgo cardiovascular en pacientes que reciben rosiglitazona. Entre estos estudios, cabe destacar el meta-análisis realizado por Nissen y col1, que evalúa los resultados de 56 estudios, encontrando un incremento del riesgo de infarto de miocardio en los pacientes tratados con rosiglitazona (OR 1,28; IC95% 1.02-1.63), sin que aumente la mortalidad cardiovascular (OR 1,03; IC95% 0,78-1,36). Estos datos se añaden a otros ya disponibles sobre la seguridad cardiovascular de rosiglitazona.
Los datos disponibles actualmente para pioglitazona, la otra tiazolindiona comercializada, aunque son más limitados, no sugieren este incremento de riesgo de infarto de miocardio. En un metanálisis de ensayos clínicos en el que se incluyeron 29 estudios con pioglitazona no se observó incremento de riesgo de infarto de miocardio. Por otra parte, en ese mismo metanálisis, se observó que los resultados relativos a insuficiencia cardiaca mostraron un aumento de riesgo significativo.
Considerando que el tratamiento de la diabetes tiene como objetivo a medio y largo plazo la prevención de la morbi-mortalidad de origen cardiovascular, la consistencia de los resultados publicados a lo largo de estos últimos años, y la falta de datos que muestren que los beneficios de la administración de rosiglitazona pudiera contrarrestar el riesgo cardiovascular referido anteriormente, no se justifica mantener los medicamentos que contienen rosiglitazona en el mercado mientras no se identifique algún subgrupo de pacientes en el que el posible beneficio supere a los riesgos potenciales.
En consecuencia, teniendo en cuenta los datos relativos a los posibles beneficios a largo plazo y los potenciales riesgos de tipo cardiovascular, procedentes de ensayos clínicos, estudios observacionales y metanálisis de ensayos clínicos, la conclusión de esta revisión ha sido que, el balance beneficio-riesgo de rosiglitazona en sus indicaciones autorizadas es desfavorable, por lo que el CHMP ha recomendado la suspensión de comercialización.
Se estima que en la actualidad entre 60.000 y 80.000 pacientes están en tratamiento con alguno de estos tres medicamentos. Esto supone una pequeña proporción dentro de total de pacientes que utilizan antidiabéticos orales en España.
La suspensión de la autorización de comercialización de estos medicamentos está pendiente de la publicación de la correspondiente decisión de la Comisión Europea que es quién finalmente ejecuta dicha suspensión. Este periodo hasta la suspensión definitiva se estima aproximadamente en dos meses. Durante este tiempo los medicamentos con rosiglitazona estarán en las farmacias y los pacientes deberán acudir a su médico habitual para elegir la mejor alternativa de tratamiento.
Por tanto, la AEMPS comunica a los profesionales sanitarios:
Los medicamentos que contienen rosiglitazona (sola o en combinación con metformina o glimepirida) dejarán de estar disponibles en las farmacias en unos dos meses. La AEMPS informará de la fecha exacta a este respecto.
• Durante este periodo, no se deberá comenzar ningún tratamiento con rosiglitazona y se procederá a revisar el tratamiento de los pacientes que están actualmente recibiendo medicamentos que contienen dicho principio activo (Avandia®, Avaglim®, Avandamet®).
• Es muy importante que los pacientes no interrumpan el tratamiento con rosiglitazona sin el correspondiente asesoramiento médico.
Puede consultarse la nota de prensa y el documento de preguntas y respuestas de la EMA en su página web (www.emea.europa.eu).
Finalmente se recuerda la importancia de notificar todas las sospechas de reacciones adversas al Centro Autonómico de Farmacovigilancia correspondiente.

1. Nissen SE et al. Rosiglitazone revisited. An updated meta-analysis of risk for myocardial infarction and cardiovascular mortality.
Arch Intern Med doi:10.1001/archinternmed.2010.207

Comentario: Como todo en esta vida, hay dos interpretaciones de esta noticia:

La positiva es que por fin han retirado un medicamento con una clarísimamente desfavorable relación beneficio/riesgo.

La negativa es que hay que recordar que la rosiglitazona fue autorizada con criterios muy laxos (como es frecuente en la actualidad), en base a un único ensayo donde demostraba, frente a placebo, que mejoraba el perfil glucémico de los pacientes, variable claramente subrogada en la diabetes. Posteriormente, ha habido estudios que demostraron con contundencia que podía aumentar la mortalidad, por insuficiencia cardiaca primero y por infarto de miocardio después, y numerosos artículos de opinión donde advertían del riesgo al que se sometía a los pacientes que recibían rosiglitazona. El fabricante, obligado por las agencias reguladoras, realizo y publicó un ensayo en fase IV donde declaraba que no se detectaban estas complicaciones. Así pues, la cara negativa de la noticia es qué pensar de los cientos de miles de personas que han recibido este medicamento desde el año 2000, entre los que habrá muchos que hayan sufrido un infarto de miocardio y/o una insuficiencia cardiaca. 10 años para retirar algo que nunca debió autorizarse no es para estar muy contentos.

Claro que siempre puede ser peor: como pueden comprobar nuestros lectores, en esta sección se ha colgado una nota informativa de la FDA que en junio desestimó retirar del mercado de Estados Unidos este mismo medicamento.


Elaboración: Carlos Rodríguez Moreno
Agencia: AEMPS
Fecha: septiembre 2010
Carlos Rodríguez Moreno. Rosiglitazona: retirada del mercado


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